miércoles, 16 de marzo de 2016

Ingredientes de la cerveza: La levadura

Uno de los ingredientes principales de la cerveza es la levadura que interviene en la etapa de Fermentación y cuya función es transformar el azúcar en alcohol.

Se denomina levadura o fermento a cualquiera de los diversos organismos eucariotas, clasificados como hongos microscópicos unicelulares, que son importantes por su capacidad para realizar la descomposición mediante fermentación de diversos cuerpos orgánicos, principalmente los azúcares o hidratos de carbono, produciendo distintas sustancias.

Imagen levadura al microscopio


La levadura es un pequeño microbio de características vegetales que se utiliza para hacer crecer la masa del pan y elaborar bebidas alcohólicas, como el vino, la sidra y la cerveza. Es en sí un alimento muy nutritivo, rico en proteínas y vitaminas del grupo B. Los residuos de levaduras procedentes de la fermentación se procesan para elaborar pastas untables e ingredientes para una amplia variedad de productos, desde aperitivos hasta carnes procesadas.

Se ha utilizado durante miles de años en la elaboración de pan y bebidas alcohólicas. Desde los albores de la humanidad, las semillas han constituido uno de los pilares de nuestra alimentación. Nuestros ancestros descubrieron que el grano molido y cocinado resultaba mucho más apetecible. Todavía se utiliza esta técnica hoy en día en la preparación del pan ázimo y las tortas.

Es muy probable que la primera mezcla de levadura con los demás ingredientes del pan fuera fortuita. De igual modo, como este microbio se presenta de forma natural en la piel de la uva y en los granos, cabe suponer que los orígenes de la cerveza y el vino radicasen en zumo de uva o gachas (especie de papilla a base de cereales y agua) que no se consumieron de inmediato. También cabe la posibilidad de que el primer pan hecho con levadura surgiera al verter accidentalmente una bebida alcohólica en la masa del pan ázimo.

Imagen fermentación del pan


Con el transcurso de los siglos, la elaboración del pan se convirtió en un arte. Sin embargo, la ciencia tardó bastante tiempo en ponerse al día al respecto. Hubo que esperar hasta 1676 para que un fabricante de lentes holandés, llamado Anton Leewenhoek, inventara el primer microscopio. Este invento fue lo que posibilitó la identificación de los microbios, incluida la levadura.

En 1859, Louis Pasteur, padre de la microbiología moderna, descubrió el modus operandi de la levadura. Al alimentarse de azúcares derivados del almidón presente en la harina, este microorganismo produce dióxido de carbono. Dicho gas dilata las proteínas del gluten que contiene la harina, produciendo la expansión de la masa. Debido a su facultad de hacer crecer la masa y producir hogazas de buen tamaño, textura y sabor, los científicos se dedican hoy en día a cultivar distintas variedades de levadura de panadería.

No cabe duda de que las bebidas alcohólicas realzaron la limitada dieta de nuestros antecesores. En Oriente Medio, se elaboraba vino hace ya más de 6000 años. En los escritos de la antigua Babilonia, se describe una bebida fermentada cuya elaboración consistía en dejar granos de trigo o cebada empapándose en agua, exponerlos al sol para que germinasen, hervirlos y poner el compuesto a fermentar. Los sumerios dieron nombre a quince variedades de cerveza. En la actualidad, las bebidas alcohólicas se encuentran disponibles en todo el mundo bajo las más diversas formas. Se elaboran a partir de frutas, cereales o miel, a los que se añaden distintas cepas de levadura para fermentar los azúcares presentes en estos productos y obtener así alcohol. Al igual que con la levadura del pan, se utilizan diversos métodos para mejorar las variedades de levadura destinadas a este tipo de fermentación. Una de las principales metas consiste en aumentar la tolerancia de la levadura al alcohol.

Tipos de levadura

En la elaboración de cerveza se usan dos tipos principales de levadura, la ale (o de alta fermentación) y la lager (o de baja fermentación). Estas denominaciones hacen referencia a su tendencia de formar grumos o flocular en la parte superior o la parte inferior del fermentador antes de finalizar la fermentación. Ambos tipos tienen diferentes características que afectan al sabor, el aroma y la sensación en boca de la cerveza terminada: 

·        Levadura ale (Saccharomyces cerevisiae). La levadura de alta fermentación trabaja a una temperatura de fermentación templada, entre 18 y 24ºC. A temperaturas más bajas, la levadura se iría ralentizando hasta pasar a estado latente. Esta cálida fermentación promueve la creación de subproductos que afectan el sabor y el aroma de la cerveza de forma positiva. El subproducto principal son los ésteres, que dan a la cerveza sabores afrutados y fenoles, que a su vez otorgan sabores especiados.
La levadura ale, además, no fermenta según qué cadenas de azúcares (tal y como sí hace la lager), hecho que implica la obtención de cervezas con una sensación en boca más plena y redonda.

Imagen fermentación alta


·        Levadura lager (Saccharomyces carlsbergensis). La levadura de baja fermentación fue la primera en ser indentificada en el Carlsberg Laboratory de Dinamarca. A medio camino entre la S. cerevisiae y la S. bayanus, este híbrido probablemente nació en el siglo XVI, cuando la levadura se adaptó al acondicionamiento en frío, en las cavernas de almacenaje alemanas.
Las levaduras lager fermentan a bajas temperaturas, entre 7 y 12ºC. Además, son capaces de fermentar ciertas cadenas largas de azúcares que las ales no pueden fermentar. Ello da a las lager una sensación en boca mucho más ligera. Asimismo, las temperaturas bajas de fermentación inhiben la producción de ésteres y fenoles, dando a las cervezas un perfil limpio, sin notas especiadas o afrutadas derivadas de la levadura. Sin embargo, el proceso de fermentación de la levadura es más lento, por lo que requiere un condicionamiento mucho más largo, a temperaturas cercanas a 0ºC.

Presentación Comercial

La levadura se puede presentar de dos maneras a la hora de adquirirla para su uso. En estado líquido y en estado seco o en polvo.

La levadura líquida es más cara de adquirir, el tiempo que se puede almacenar es menor y su manipulación es más complicada. Los cultivos líquidos de levadura deben ser almacenados a 4ºC para evitar su degradación mientras no se deseen utilizar. En este caso es casi obligatorio hacer un starter para activar la levadura. Hay dos proveedores principales de levaduras líquidas que se puedan adquirir con facilidad: Wyeast y White Labs.

Imagen de levadura líquida



La levadura en seco por su parte se puede almacenar por más tiempo pero es recomendable rehidratarla antes de su uso y para algunos los resultados son algo inferiores a los obtenidos con las levaduras líquidas. En cuanto a los proveedores principales de levadura en seco tenemos a Fermentis y Lallemand.

Imagen de levadura seca


La Fermentación

El proceso molecular que la célula de la levadura utilizará para degradar los azucares y obtener energía dependerán de si hay presencia de oxígeno en el medio que la rodea.

En presencia de oxígeno la levadura realizará la respiración llamada aeróbica, convirtiendo los azucares y otros nutrientes del medio en CO2 (gas), agua y energía, que invertirá principalmente en reproducirse.

Las levaduras que se utilizan para la elaboración de cerveza tienen además la capacidad de “respirar” u obtener energía de los azucares sin oxígeno, mediante la llamada respiración anaeróbica. Una vez consumido el oxígeno inicial, y si tenemos nuestro fermentador aislado, deberíamos tener en él una gran cantidad de células de levadura que comenzarán a utilizar los azúcares convirtiéndolos en alcohol etílico o etanol y CO2 en el proceso conocido como Fermentación Alcohólica que es la que a nosotros nos interesa.

Es necesario pues a la hora de elaborar cerveza que al principio de la fermentación el mosto este oxigenado para permitir que la levadura se reproduzca muy rápidamente hasta que obtengamos una cantidad suficiente para evitar la contaminación del mosto por otros microorganismos. Por lo que el mosto debe ser enfriado rápidamente y oxigenado mediante el trasvase de un recipiente a otro o agitando vigorosamente con una cuchara antes de añadir la levadura.

Imagen inoculación de la levadura


Productos de la fermentación

Los principales productos de la fermentación son el alcohol (etanol) y el CO2. Pero también se producen otros compuestos en muy pequeña cantidad llamados metabolitos secundarios. Éstos constituyen el aporte de la levadura al carácter y aroma final de la cerveza. Entre estos compuestos encontramos aceites, ésteres y ácidos orgánicos.

La producción de metabolitos secundarios se relaciona directamente con la variedad de levadura, el pH del mosto, el volumen del fermentador y muy especialmente la temperatura de fermentación; a medida que ésta aumenta se incrementa su aparición.

Algunos de los metabolitos secundarios no son deseados en la cerveza, como el acetaldehído, acetona, alcohol metílico, dimetil sulfuro o el diacetilo. Estos metabolitos, si bien se producen siempre, son asimiladados por la levadura durante la maduración de la cerveza.

Consejos de utilización

Las levaduras secas se parecen a una esponja compuesta por microesferas, listas para absorber el agua que perdieron durante el secado para dar inicio a la fermentación.
Es recomendable rehidratar la levadura convirtiéndola en una crema de levadura esparciéndola en un volumen de agua estéril o en un mosto diez veces superior a su propio peso. Mezclar suavemente y dejar reposar por unos 30 minutos. Finalmente inocular la crema resultante en el tanque fermentador. El objetivo es permitir que la levadura recupere todas sus funciones biológicas antes de la inoculación. Este proceso hay que hacerlo a la temperatura recomendada de:

·        25-29ºC para levadura Ale
·        21-25ºC para levadura Lager

Imagen de levadura rehidratada


Acondicionamiento en botella o barril

La levadura también se usa para refermentar en la botella o en el barril. El objetivo principal es la saturación de CO2 de la cerveza. Aunque la presencia de células vivas en la botella o barril tiene otros beneficios como proteger a la cerveza de la oxidación alargando la vida útil.
Para llevar a cabo la refermentación es necesario añadir azúcar. La cantidad de azúcar a añadir se tiene en cuenta sabiendo que por cada 2 gr. de azúcar se obtiene 1 gr. de CO2. Si se asume que no hay CO2 en el mosto verde se deberán agregar 10 gr/l de azúcar para saturar la cerveza con 5 gr/l de CO2. Si la cerveza verde contiene aproximadamente 2 gr/l de CO2 deberán añadirse 6 gr/l de azúcar.

Conservación y recuperación de levaduras

La levadura puede recuperarse fácilmente de un mosto en fermentación. La primera levadura que sube a la superficie durante la fermentación primaria contiene una gran cantidad de impurezas del mosto, levaduras salvajes, cierta cantidad de bacterias contaminantes y, lo que es más importante, levaduras que están creciendo a costa del oxígeno que está disuelto en el mosto. Por esta razón es mejor recuperar las levaduras que producen alcohol y las que están perfectamente adaptadas a la fermentación anaeróbica. A partir del segundo o tercer día de haber detectado los primeros síntomas del inicio de la fermentación, podemos decapar del fermentador un cuarto de litro de levadura sin alterar en absoluto el curso de la fermentación. Esta levadura recuperada debemos depositarla en un recipiente estéril, de manera que se evite al máximo el contacto con el oxígeno del aire. Para ello podemos utilizar una botella de vidrio a la que previamente hemos colocado un borboteador o una buena cantidad de algodón en la boca. Es conveniente añadir un poco de mosto para que la levadura siga activa durante el periodo de conservación. En este estado la levadura se conserva perfectamente durante dos semanas a una temperatura de 4ºC. A partir de este tiempo empieza a perder actividad. Es recomendable no reutilizar más de cuatro veces la levadura comercial.

Si deseamos conservarla durante 1 o 2 meses, da muy buen resultado poner la levadura en una solución de azúcar de densidad 1080 previamente esterilizada (por ebullición durante 15 minutos). Posteriormente se añade una fina capa de aceite mineral o parafina para mantener las condiciones de ausencia de oxígeno. Para recuperarla eliminamos el aceite mineral con una jeringa y preparamos una solución activadora utilizando el resto de la solución azucarada que contiene la levadura.

Para guardar la levadura durante un año podemos sustituir un 20-25% de la solución anterior por glicerol (alcohol orgánico) y congelarla. El glicerol evita la formación de cristales que a modo de puñales destruyen las membranas de las células.

Para guardarla por periodos superiores a un año lo mejor es elaborar una cerveza de alta densidad, superior a 1060, y muy lupulizada. Es preferible elaborarla durante los meses fríos y siendo extremadamente cuidadoso durante la elaboración con las condiciones de esterilización. La levadura sigue estando viva dentro de la botella y, si las temperaturas de conservación han sido adecuadas, podremos recuperarla después de años de haber sido embotellada.

Glosario

Alcohol por volumen (%alcohol vol/vol): El porcentaje de alcohol por volumen en la cerveza.

       %alcohol = Densidad Inicial – Densidad Final / 7,4

Atenuación: Medición de la cantidad de azúcar en el mosto que fue fermentado a alcohol y CO2 por la levadura.

Densidad Inicial: Medida de la densidad del mosto antes de la fermentación que nos da una indicación de la cantidad de azucares presentes.

Densidad Final: Medida de la densidad del mosto después de la fermentación que nos da una medida de la cantidad de azucares que se han convertido en alcohol.

Diacetilo: es un subproducto de la fermentación que produce aroma a manteca, no deseado. Es reducido al final de la fermentación por la levadura.

DMS (Sulfuro de dimetilo): es un compuesto importante que contiene azufre, originado a partir de precursores que provienen de la malta. Cuando está presente en bajos niveles, el DMS produce un carácter fresco. En altos niveles produce aromas a maíz y repollo.

Ésteres: Compuestos aromáticos provenientes en buena medida de la fermentación, formados por una unión entre un ácido y un alcohol. Los principales ésteres son:
Acetato de etilo: aroma y gusto afrutado.
Acetato de isomailo: aroma a banana.
Hexanoato de etilo:
Las levaduras Ales son preferidas por su capacidad de producir mezclas de ésteres particulares.

Floculación: la capacidad que tienen las células de levadura para formar agregados (floculos). En caso que la levadura no permanezca en la espuma al final de la fermentación y si es de alta floculación, puede sedimentar rápidamente y generar una cerveza clara con pocas células en suspensión. Una levadura de baja floculación sedimentará más lentamente y generará una cerveza más turbia.

Fuentes:



La cerveza artesanal, Albert Tintó, Francisco Sánchez, Jose Manuel Vidal
Pablo Vijande. Editorial Cerveart.




jueves, 3 de diciembre de 2015

Ingredientes de la cerveza: El agua

El agua es el ingrediente mayoritario en la composición de la cerveza, supone más del 95% en peso de la cerveza. Además, la presencia de sales disueltas (carbonatos, sulfatos, cloruros de calcio, magnesio, etc..) influyen durante el proceso de elaboración y en las características finales de la bebida: espumación, transparencia o sabor.

Antes de que se establecieran las redes de distribución de agua potable en las ciudades, resultaba más seguro para la salud beber cerveza que agua proveniente de los pozos existentes en la localidad. Y es que el proceso de elaboración de cerveza aseguraba que ésta había sido hervida y por tanto liberada de cualquier microorganismo patógeno.

                                                                                        Imagen de manantial de agua

La industria cervecera tenía la necesidad de contar con la suficiente cantidad de agua y que ésta tuviera unas características de calidad constante; es por ello, que las cervecerías se solían construir cercanas a manantiales y su reproducción en otros lugares les hacía perder su sabor original.

Tabla características aguas cervecerias


El avance tecnológico en el tratamiento del agua permite hoy día imitar cualquier tipo de agua. A gran escala los tratamientos más habituales se realizan mediante ósmosis inversa para desproveer al agua de todo tipo de sales y posteriormente añadir la composición de sales que más interesa.

Necesidad de tratar el agua

La influencia del contenido mineral del agua sobre el pH es importante durante el proceso de fabricación y algunos componentes minerales ejercen una influencia específica. Aunque la composición iónica es determinante al perfilar las cualidades finales de la cerveza (como la clarificación, retención de espuma, color y aroma), es aconsejable que si eres un principiante no realices complicados tratamientos de agua. Como guía general utiliza agua blanda y con bajo contenido en sales. Si consultas con tu proveedor de agua éste no tendrá inconveniente en proporcionarte la composición iónica del agua que suministra, aunque principalmente interesa que el agua empleada no tenga mal sabor ni olor.

De todas formas, si se utiliza agua del grifo, hay que recuerdar que habitualmente esta agua está clorada. El cloro en grandes cantidades reacciona con compuestos nitrogenados de la harina de la malta generando productos indeseados como los clorofenoles. Es aconsejable dejar reposar, durante una noche, el agua que se utilice para que se evapore el cloro presente en ella. Alternativamente se puede hervir el agua lo que acelerará el proceso. Si el agua que abastece tu localidad es muy dura (con mucha cal) o con un alto contenido en cloruros (alta salinidad), lo mejor es utilizar agua mineral comercial, ya que en general son bajas en sales y la composición iónica consta en la etiqueta.

pH y enzimas

La consecuencia principal de usar un agua con una composición de sales inadecuada al tipo de cerveza que queremos elaborar es la alteración del pH durante el macerado de la malta. La mezcla de agua y malta durante el macerado debe ser ligeramente ácida para una correcta labor de las amilasas, las enzimas encargadas de extraer los azucares de la malta. Esta situación puede preverse mediante el control del pH de la papilla. El pH del agua debe encontrarse inicialmente alrededor de 7. La mezcla del agua con la harina de malta tendría que hacer que el pH descienda hasta los 5,3 idealmente, aunque este puede variar aceptablemente entre 5,2 y 5,6. Si el pH de la mezcla esta fuera de este intervalo el agua debe ser tratada o debes seleccionar cuidadosamente el tipo de cerveza a elaborar, para obtener un rendimiento óptimo del proceso.

                                                                              Imagen de tiras especiales para medir el pH

Es importante conocer la composición iónica de nuestra agua para saber si la podemos utilizar de forma idónea para un tipo u otro de cerveza. Por ejemplo, las maltas negras tienen la capacidad de acidificar mucho el macerado. Si utilizamos un agua muy blanda para elaborar un tipo de cerveza negra, nuestro pH después de la mezcla será más bajo que el pH diana y las enzimas no trabajaran óptimamente. Por el contrario, para elaborar cervezas pálidas se utilizan maltas también pálidas, que liberan menos ácido fosfórico y por tanto acidifican menos la mezcla por lo que se precisan aguas más blandas para su elaboración.

Corrección del pH durante el macerado

En caso de que nuestro pH del macerado no se sitúe en el intervalo deseado de 5,2-5,6 tenemos la posibilidad de rectificarlo rápidamente:

a) Para reducir el pH utilizaremos sulfato de calcio (CaSo4)

b) Para aumentar el pH utilizaremos carbonato de calcio (CaCo3)

La adición se realiza en pequeñas dosis del volumen de una cucharadita de postre. Al añadir la sal debemos remover constantemente la papilla durante unos minutos hasta que el pH se haya estabilizado.

Dureza del agua

La dureza total del agua nos indica la cantidad de sales de calcio y magnesio que se encuentran disueltas. La dureza total se compone de :

  1. 1. Dureza temporal, es determinada por los carbonatos hidrogenados y se puede eliminar hirviendo el agua; en esta operación se desprende el CO2 y se precipita el CaC03.


  • 2. Dureza permanente, es determinada por los sulfatos disueltos en el agua y que no se ha eliminado por ebullición.


De acuerdo con esto el agua se puede clasificar según su dureza total como indica la siguiente tabla:

CLASIFICACIÓN
DUREZA TOTAL (P.P.M.)
pH
Blanda
<150
6,5-7
Moderadamente dura
150-250
7,2
Dura
>250
7,5
 Tabla clasificación dureza del agua

Agua blanda

Abastecerse de una fuente de agua con menos de 50 p.pm. de dureza total es una gran ventaja. Con esta fuente podemos imitar cualquier tipo de agua de cerveza mediante la simple adición de sales.

                                                                                     Imagen dureza del agua en España

Agua moderadamente dura

Si tu agua está en el intervalo de dureza total indicado en la tabla anterior y su pH es superior a 7, se puede eliminar fácilmente la dureza temporal mediante ebullición. Obtendrás un agua blanda que podrás tratar según la cerveza que quieras elaborar.
En cambio, si el pH es 7 o muy cercano a este valor la dureza de tu agua es de carácter permanente. El agua es óptima para elaborar cervezas tipo Dortmund o pale ale, aunque realmente es factible la elaboración de todo tipo de cerveza.

Agua dura


Si tienes un agua muy dura con un pH por encima de 7,5, significa que el agua tiene un alto contenido en dureza permanente y temporal, por lo que solo podrás utilizarla para cervezas negras. Alternativamente puedes añadirle agua pura hasta la proporción de sales deseada.

FUENTE:

"La cerveza artesanal, cómo hacer cerveza en casa", ed. Cerveart

jueves, 10 de septiembre de 2015

El lúpulo en España

Hola a todos. Aprovechando nuestras vacaciones en León, visitamos la zona de Carrizo de la Ribera, zona donde se concentra la mayoría de la producción del lúpulo en España, y visitamos el Grupo de Cultivadores del Lúpulo que es una sociedad agraria que aglutina a los productores del lúpulo. Con lo que nos ha parecido interesante realizar un post sobre la producción de lúpulo en nuestro país.
El lúpulo se introdujo en España en 1904, en la zona de Galicia y Asturias. Se eligieron estas zonas ya que las plantas se trajeron desde Gran Bretaña pensando que sería buena zona por tener clima similar.
Después de los problemas de abastecimiento de lúpulo que se dieron en la Primera Guerra Mundial, se volvió a cultivar, pero pronto se vería que era más barato importar que producir por lo que se abandona el cultivo.
En mil novecientos cuarenta y cinco, la práctica totalidad de la Industria Cervecera nacional se unió en proyecto común y decidió apostar por el fomento del cultivo del lúpulo en nuestro país. De esta idea surgió la empresa, Española de Fomento del Lúpulo, S.A. Esta sociedad es la única empresa que compra el lúpulo y está participada por las principales cerveceras del país y donde el Grupo de Cultivadores de Lúpulo es accionista minoritario, por tanto la gestión de la misma está en manos de la propia industria cervecera.

Campo de lúpulo en Carrizo de Ribera

En esos años, siguen produciendo lúpulo tanto Galicia como León, Asturias, Navarra, si bien Galicia dejó de producir en los años 80 por problemas con el clima, las plagas y el coste de producción. Desde entonces prácticamente solo se cultiva lúpulo en León, y dentro de esta provincia muy concentrado en la zona alta de la vega del río Órbigo (salvo una pequeña superficie en la comunidad de la Rioja y otra en Galicia). Aunque hace tres décadas la superficie y producción era de más del doble de la actual, en los últimos años no ha habido grandes variaciones y se sitúa, con datos de 2013, en 525 hectáreas de cultivo. El número de cultivadores es de unos 240, por tanto la media de superficie por explotación ronda las 2,2 hectáreas. Aproximadamente 54 hectáreas, incluidas en las anteriores, se han implantado en los últimos años, no encontrándose todavía en plena producción.
Las plantaciones se encuentran en fincas de regadío. El riego es imprescindible para sacar adelante este cultivo, y por lo general se hace por inundación (con excepción de alguna finca que se riega por goteo), siendo necesario regar al menos 5 veces al año con un consumo medio de agua por campaña de 7.000 metros cúbicos. El agua de riego es por tanto un coste importante en el cultivo del lúpulo en España y un hecho diferencial respecto a otras zonas productoras de Europa.
                                                                                             Flor del lúpulo

La primera variedad plantada en esta ribera, allá por los 60, era la "Alsace" (Nombre derivado de una de las regiones con mayor implantación de este cultivo en Centroeuropa, y de donde vinieron las primeras cepas).
En los 70, que fue cuándo aquí se implantó el cultivo del lúpulo de forma masiva, había dos variedades: El H-7 (H de híbrido), minoritario, muy delicado y más temprano, y el H-3, ecotipo leonés de Brewer`s Gold, de mayor amargor, el más extendido entonces.
En los años noventa, al tiempo que se reorganizaron las fincas mediante la concentración parcelaria, se introdujeron las variedades actuales: Perle, aromático, y las superamargas Columbus, Magnum, y Nugget, obtenida en USA en los años 80 e introducida aquí en los 90.
Actualmente, el 92% del cultivo es de la variedad NUGGET, el 9,7% es de la variedad COLUMBUS y el resto de “ otras variedades”, la producción de lúpulo cubre la demanda de amargos, ya que las variedades cultivadas son muy potentes en ese sentido. Sin embargo en variedades aromáticas hay que recurrir a la importación ya que no se cultivan tanto en nuestro país.
La cosecha de 2013, de la que tenemos datos, fue inferior a la de los años anteriores que se ha ajustado, con pequeñas diferencias, a la cantidad contratada de 1.000 t.  En el año 2013 se ha producido una reducción de aproximadamente un 14%, debido a cuestiones climáticas, situándose pues en 860 t.
El lúpulo es una planta herbácea de la familia de las cannabináceas que tras la cosecha en el mes de septiembre se poda quedando como una especie de vid. Durante los primeros años de plantación, la planta solamente sobrevive, empezando a producir cuando tiene tres años.
Después, cuando llega la primavera la planta echa unas ramas que se trenzan de tres en tres para guiarse por unos cordones colgados, para que la planta crezca trepando hacia arriba hasta unos 6 metros de altura, en unas estructuras de postes y alambres.
Las instalaciones y alambradas son homologables con otras zonas productoras y en la mayoría de los casos se han renovado en los últimos años ya que ha habido una reorganización de la propiedad (concentración parcelaria) que ha obligado a ello. En todas las fincas se pueden hacer las labores de forma mecanizada.
El lúpulo se cosecha durante el mes de septiembre. Entonces comienza un intenso movimiento de tractores en la zona de Carrizo de la Ribera y sus alrededores que llevan el preciado Oro Verde a pelar en las máquinas creadas para esa finalidad.


 Planta del lúpulo

La maquinaria, separa las flores por un lado y arroja las hojas y ramas por otro, procediéndose después de su recogida a su secado. Este se hace en cámaras de aire caliente alimentadas por motores de gasoil, durante unas horas para después envasar en los sacos de la S.A.E. de Fomento del Lúpulo que es quien compra la producción, se ocupa de analizarla y seleccionar el producto que tenga la calidad esperada por la industria, y posteriormente se encarga de su procesado ya que en sus instalaciones almacena los sacos, y en complejas maquinarias y molinos obtiene un polvo que prensa en pequeños cilindros llamados pellets que después envasa en paquetes de diferentes tamaños para enviar a cada marca de cerveza.

Fuentes: